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  • Foto del escritorGilberto González Arango

LA MENTE: ¿La usas o te usa?

Actualizado: 29 nov 2023



La mente es un instrumento maravilloso y asombroso con el cual contamos los seres humanos, que a lo largo de la evolución se ha venido desarrollando cada vez más. Gracias a ella podemos analizar, comprender, sintetizar, planear, recordar, crear, etc. De tal forma que nos permite aprender, solucionar problemas y tomar decisiones, entre muchos otros beneficios. Sin embargo, es una herramienta de doble filo, porque también es debido a ella que muchas personas sufren, padecen trastornos psicológicos, y experimentan altos niveles de ansiedad, culpa, tristeza, frustración, irascibilidad, etc. Como todos los instrumentos, su utilidad depende principalmente de cómo se use. Por ejemplo, un cuchillo puede ser usado para cocinar, pero también para amenazar o herir a alguien. El internet nos puede servir para encontrar información valiosa, comunicarnos, hacer trámites, etc., o para absorber información perjudicial, criticar destructivamente, malgastar el tiempo, etc. Asimismo, la mente nos puede servir para propósitos constructivos o destructivos, e incluso autodestructivos. Adicionalmente, en muchos casos no usamos este instrumento llamado “mente”, ¡sino que es ella la que nos usa o nos domina como se le antoja!

Esta situación se asemeja a lo que les sucede a muchas personas hoy en día con el teléfono celular o móvil. Al igual que la mente, el teléfono es un instrumento que nos puede ser de gran utilidad, pero lamentablemente cada vez más personas resultan afectadas por él, ya que se han vuelto dependientes. Se conectan con y a través de él, pero se desconectan de sí mismas y de las personas que los rodean, sienten ansiedad cuando no lo tienen cerca, se apresuran a ver cualquier notificación que les llega interrumpiendo lo que están haciendo en el momento, etc. Podríamos hacer una película cuyo título podría ser “Los celulares tienen dominadas a las personas” o algo por el estilo. ¡Y ya no sería de ciencia ficción, sino un drama o una tragedia totalmente actual! Algo similar sucede con muchas personas y su mente pues, debido a su mala relación con ella, con frecuencia pierden su paz interior, y su habilidad para disfrutar la vida, mantener hábitos saludables y relaciones armónicas. En pocas palabras: ¡Cuando la mente las controla, se descontrolan!



La gran mayoría vive auto-engañada con una falacia: ¡Cree que controla su mente! Pero esto no siempre es cierto. Cada hora tenemos cientos o miles de pensamientos, y muchos de ellos no los escogemos, planeamos ni producimos a voluntad. Si observas con atención tu mente, te darás cuenta de que sólo un pequeño porcentaje de tus pensamientos son voluntarios. Éstos surgen especialmente cuando enfocas intencionalmente tu mente en un tema. Sin embargo, la mayoría de las veces tienes todo tipo de pensamientos, sin que los hayas elegido. En esos casos, es normal que aparezcan muchos pensamientos inoportunos e inconvenientes, que te pueden perturbar. ¡Te invito a que observes tu mente y lo descubras por ti mism@! Volviendo a la analogía anterior, creo que un gran reto que tenemos las personas hoy en día es aprender a relacionarnos con sabiduría no solo con el celular sino también con la mente. El celular llegó a nuestras vidas hace relativamente poco. A su vez, el neocórtex, constituido por las áreas más evolucionadas de la corteza cerebral, también es un desarrollo relativamente reciente en la historia de la evolución de las especies. En ambos casos nos falta aprender a darles un buen uso para evitar sus riesgos y peligros. ¡Necesitamos mejorar nuestra habilidad para emplear la capacidad cognitiva sin que afecte nuestro bienestar y el de los demás!

ESTRATEGIAS PARA QUE EVITES SER DOMINADO POR LOS PENSAMIENTOS PERJUDICIALES


En este punto, me imagino que te interesa conocer algunas estrategias para evitar o disminuir los efectos negativos de la mente en tu vida. En primer lugar, puedes comenzar por reflexionar acerca de qué son los pensamientos. Para ello, en este momento te invito a cerrar los ojos y a pensar en lo que comiste la última vez y cómo te pareció esa comida… Bien, seguramente tuviste imágenes de la comida e ideas al respecto. Es decir, tuviste pensamientos acerca de ella. ¿Y qué fueron esos pensamientos? En realidad fueron imágenes y palabras mentales, ¿cierto? Y ¿qué implica eso? Que los pensamientos no son los hechos o las situaciones en sí mismas, sino una representación e interpretación de ellas (imágenes y palabras). Y ¿qué los caracteriza? Que son una visión parcial de los hechos y de las situaciones, no abarcan toda la realidad, son limitados y con frecuencia sesgados. Y ¿cuál es el problema? Hasta ahí ninguno, el problema surge cuando confundimos los pensamientos con la realidad, es decir, creemos en los pensamientos como si fueran los hechos. ¿Y qué consecuencias tiene esto? Que creemos en prácticamente todos los pensamientos que cruzan por nuestra mente y entonces ellos toman mucha fuerza sobre nosotros, y pueden controlarnos (¡o descontrolarnos para ser más exactos!). Entonces, ¿los pensamientos son un problema? No todos, pues hay algunos que nos aportan y son constructivos, pero también hay muchos otros que no solo son inútiles e innecesarios en el momento presente, sino que también son perjudiciales, pues nos generan infelicidad e insatisfacción, y afectan nuestras decisiones y acciones. ¿Entonces qué podemos hacer?


Hay diferentes estrategias y a continuación te presento unas de ellas, basadas en la Terapia de Acción y Compromiso (ACT), la cual a su vez tiene un componente importante de Mindfulness. 1. Observa tus pensamientos. Muchas veces nos sentimos mal o reaccionamos inapropiadamente sin saber por qué. Especialmente esos casos, y ojalá en todo momento, revisa qué pensamientos estás teniendo, porque muy seguramente ellos están generando o aumentando tu malestar. 2. Evalúa si son beneficiosos o necesarios. Si no necesitas pensar en eso ahora o si te perjudica, entonces es importante que no le des poder para controlarte. Para ello, recuerda que NO tienes que creer cada pensamiento que surge en tu mente. Adicionalmente, NO conviene que te aferres a ellos, NI que los alimentes con más pensamientos negativos. 3. Réstales poder sobre ti. Algunas de ellas son: I. Ponlos en evidencia y recuerda que son pensamientos. Puedes repetir voluntariamente el pensamiento negativo, iniciando con las palabras “estoy pensando que…” o “estoy pensando en…” u otras similares. Ejemplo: “Estoy pensando que no voy a poder conseguir el dinero para mis gastos”. ¿Para qué te sirve hacer esto? Precisamente, para “atrapar” o “poner en evidencia” el pensamiento perjudicial. Y a partir de allí, puedes tomar distancia, reconocer que es “un pensamiento” (“palabras e imágenes internas”), y recordar que, si te lo crees al pie de la letra y lo alimentas, necesariamente te va a perturbar. Nota: Puede que algunos pensamientos sean más ciertos que falsos, pero más allá de eso es importante que analices si son beneficiosos y necesarios en el momento. Por ejemplo, podrías pensar en una enfermedad que tienes y en las limitaciones que ésta te genera, pero a pesar de que eso esté basado en una realidad, no te conviene aferrarte a esos pensamientos. Así que, si no te aportan positivamente, es mejor que no les permitas que te controlen. II. Ignóralos. ¿Recuerdas cuando eras niñ@ y te quejabas con un adulto sobre alguien que te estaba molestando? Posiblemente éste te decía: “No le pongas cuidado, ignóralo”. ¿Por qué crees que te lo decían?... Porque cuando uno le da importancia a la persona que le está molestando y/o empieza a discutir con ella, ¡más se afecta! Lo mismo sucede con los pensamientos indeseables. Si les das mucha importancia, discutes con ellos o tratas de rechazarlos, eliminarlos o suprimirlos, casi siempre lo que consigues es fortalecerlos más. Hagamos un breve experimento. En este momento te invito a imaginar un oso polar por tres segundos… Ahora intenta no volver a pensar en el oso polar en los próximos 10 segundos... ¿Qué pasó? Seguramente, a fuerza de voluntad no pudiste evitar volver a pensar sobre él y entre más te esforzabas más aparecía de nuevo en tu mente. Entonces, cuando la mente te genere pensamientos perjudiciales, en vez de “combatirlos” puedes decir internamente “Gracias mente”, no darles importancia y enfocarte en tu vivencia del momento presente. Tal como lo harías con alguien que te dice algo que no te gusta y, en vez de pelearle, le dices “gracias” y no le das relevancia a lo que te dijo. Finalmente, con estas estrategias y con todo lo que te comparto, te invito a que no lo creas ni lo rechaces de antemano, sino a que te comportes como un científico que hace el experimento, observa los resultados y saca sus conclusiones. ¡Te deseo una aventura interesante y fructífera en tu relación con tu mente, y que ojalá cada día seas más libre de la dominación de los pensamientos inoportunos y perjudiciales! ¿HAS PARTICIPADO EN LAS PRÁCTICAS DE MINDFULNESS? ¡Te invito a vivir la experiencia! Son prácticas virtuales, en el horario de 6 pm a 7 pm (puedes participar haciendo un aporte económico o gratuitamente). CONOCE MÁS. HAZ CLIC ACÁ Si no leíste el artículo anterior, sobre la Rumiación Cognitiva, puedes hacerlo acá: https://www.vidamindfulness.net/post/rumiaci%C3%B3n-cognitiva-qu%C3%A9-es-y-c%C3%B3mo-afrontarla Si deseas que las próximas entradas del blog te empiecen a llegar a tu correo electrónico, inscríbete acá: https://www.vidamindfulness.net/contacto Lee otros artículos del blog en: https://www.vidamindfulness.net/blog ¡Muchas gracias por tu atención y que pases un feliz y consciente día! Gilberto González Arango Psicólogo Universidad Nacional de Colombia Profesor de Mindfulness - Nivel profesional (Certificación Internacional de la IMTA) BIBLIOGRAFÍA: - Harris, Russ. (2016) La trampa de la felicidad. Bogotá: Panamericana Editorial (Ápeiron).

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